SER autista es ansiedad

SER autista:

SER autista es ANSIEDAD por tener que levantarte obligado sin apenas haber dormido, porque tu ritmo de sueño es distinto al que impone la sociedad en la que vives.
SER autista es ANSIEDAD al cruzar un semáforo porque sabes que siempre hay coches que se lo pasan en rojo.

SER autista es ANSIEDAD porque delante tuyo va una persona fumando y no puedes respirar.
SER autista es ANSIEDAD porque necesitas meter la cabeza bajo la camiseta para dar una bocanada de aire limpio porque no puedes con el humo de los coches.

SER autista es ANSIEDAD cuando tienes que saludar a un conocido por la calle.
SER autista es ANSIEDAD en clase o en el trabajo donde todo el mundo habla y grita a la vez a tu alrededor.
SER autista es ANSIEDAD porque te obliguan a mirarles a los ojos aunque tú no quieras.

SER autista es ANSIEDAD por tener que ir al supermercado.
SER autista es ANSIEDAD por estar haciendo cola en la frutería y ver que se te está colando una señora.
SER autista es ANSIEDAD, quedarse en blanco porque en la carnicería o en la pescadería te hagan una pregunta inesperada.

SER autista es ANSIEDAD por saber que la chica de la caja te va a dar conversación.
SER autista es ANSIEDAD por encontrarte a una vecina en el ascensor que te riñe por no ir a las reuniones de la comunidad.
SER autista es ANSIEDAD porque el vecino ha puesto la música a tope.

SER autista es ANSIEDAD porque tras todo esto, estás complementamente agotado y no puedes más. Las 3 de la tarde y no eres capaz de cocinar ni hacer las cosas de casa, sólo quieres dormir, con suerte te haces un bocadillo y piensas, sí…piensas. Miras el reloj y compruebas que han pasado 45 minutos y todavía sigues ahí de pie en la cocina, con las bolsas de la comprar en el suelo sin hacer nada y sin ser capaz de decir qué coño has estado haciendo durante todo ese tiempo. En realidad nada, no has hecho nada, sólo has estado ahí, agotado, de pie, quieto, pensando…
Pero «tranquilos» que siempre habrá alguien en el ámbito familiar dispuesto a reñirnos por no haber puesto la lavadora o por haber dejado los platos sin fregar.

¿Os suenan todas estas cosas? seguro que alguna de ellas sí. ¿Sigo? ¿queréis que siga?, se me ocurren mil mas.

SER autista es ANSIEDAD por tener que socializar con gente que no quieres en el trabajo o en clase para que no te hagan bullying después por ser el raro.
SER autista es ANSIEDAD por tener que ir una cena familiar o evento social al que no quieres ir.

SER autista es ANSIEDAD por la bronca que sabes que te va a caer si no haces lo que los demás esperan de ti aunque les hayas explicado mil millones de veces que hacer esas cosas te hacen daño.
SER autista es ANSIEDAD por hacer todas esas cosas para evitarte la bronca.

SER autista es ANSIEDAD porque te recuerdan constantemente que todo lo que haces está mal, que así no se hacen las cosas, se hacen como los demás dicen que se hacen y si eliges algo distinto entonces recibes un: ¡bah! claro, tu que sabrás, como eres autista no entiendes nada.

SER autista es ANSIEDAD cuando suena el timbre de tu casa de forma totalmente inesperada.
SER autista es ANSIEDAD por recibir una llamada telefónica con la que no contabas.
SER autista es ANSIEDAD porque te hayan cambiado tus cosas de sitio.

SER autista es ANSIEDAD por ir al médico, tener que esperar en una sala abarratoda de gente, ruido y luces, ir a un centro comercial o una tienda de ropa, tener que hablar con los dependientes, hacer colas, coger un tren, un avión, preparar un viaje, quedar con alguien y que aparezcan 4, tener que llamar por teléfono, que te toquen sin tu permiso, que se te peguen a 1 cm de la cara para hablar, que te den dos besos personas que no quieres que lo hagan…

SER autista es ANSIEDAD por tener que pasarte el fin de semana entero durmiendo porque no puedes más.

y ¿sabéis qué? a pesar de todo ello existimos, estudiamos, trabajamos y vivimos. Y, ¿sabéis que más? a muchos nos va bien, muchos somos felices, hemos aprendido a sobrevivir en este mundo totalmente hostil para nosotros, en esta sociedad que hace todo lo posible por no dejarnos SER.

Y crecemos, sí, crecemos y nos hacemos mayores y entonces… aaay entonces ya no nos podéis ordenar, mandar, obligar ni humillar. Entonces sacamos las garras y nos defendemos, entonces vivimos como nos sale de los cojones a nosotros, muy lejos de esa vida que nos quisieron imponer.

Y todo ello lo hacemos con esa ANSIEDAD en forma de pesada carga que llevamos en la espalda desde que nacemos y que es para toda la vida. Y aún así, seguimos con una sonrisa en la cara y, en multitud de ocasiones, somos más felices y válidos que muchos de los que nos rodean.

Si eres autista y estás leyendo esto, te doy mi más sincera enhorabuena. ¿Por qué? porque lo has conseguido, eres un auténtico superviviente y, sólo por eso, ya tienes que sentirte orgulloso. A pesar de todos los palos que nos ponen en las ruedas cada día, sigues adelante.

Para terminar, quieros deciros a todos aquellos que contáis que vuestras familias no os comprenden, que tenéis problemas en clase, en el trabajo o en vuestra vida diaria, que nunca dejéis de intentarlo. Vais a ser felices, estoy seguro de ello. No os rindáis.