Arriba del todo mi firma a la izquierda y a continuación a su derecha el título Diario de un Nac Mac Feegle. Justo debajo pone blog personal. Todo ello en letras negras. Debajo de todo eso mi cabecera, alargada y estrecha, ocupa todo el ancho de la página: DIARIO DE UN NAC MAC FEEGLE escrito con la curva adecuada para que formen el símbólo del infinito. A su derecha una media luna que lo bordea. Colores verde, naranja y marrón claro. A la izquierda del todo y abajo una foto de mi cara dentro de un circulo en plan avatar, todo ello sobre fondo negro. Debajo de esta cabecera ya viene el texto en letras negras sobre fondo blanco. Abajo del texto en mayúsculas pone LEER COMPLETO EN y una mano que señala en la última fila de abajo soyaspieyque.com que está escrito con los colores de la cabecera y a su derecha el mismo infinito también de la cabecera. El texto central de la imagen dice: "Me había olvidado de que las personas normales tienen límites". ¿En realidad somos como Sheldon? ¿Nos parecemos en algo o son simples estereotipos? Pues habrá quien más y habrá quien menos pero no me diréis que al menos en alguna cosita sí. Yo aquí os cuento las mías

Sheldon Cooper

¿Cómo es posible que nunca hayamos hablado de esto todavía? ¿Quizá por obvio?, ¿o no tan obvio? ¿Quizá por miedo a caer en los estereotipos? A mi sinceramente es una serie que me ha ayudado mucho y quiero contaros por qué. ¿Os apetece? Ahí vamos 👇

La semana pasada, en un hilo de @Soylamami3, muchas personas autistas comentaban que no se veían reflejadas en este personaje de ficción, pero que su entorno, sin embargo, les decía que sí: tú también haces esto y esto otro… Yo sí que me veo reflejado y mucho.

“The Big Bang Theory” no es una serie que yo conociera por casualidad, lo hice porque me empezaron a llamar mini Sheldon, así que me puse a verla por pura curiosidad. Yo ni tenía diagnóstico ni sabía prácticamente nada sobre el tema. Hace más de 10 años de esto y ¡oh, sorpresa!, ese tipo tan raro tenía «su sitio», como yo que tengo un cojín del sofá hundido y los otros sin usar.

Me hizo gracia y empecé a verla por las risas, pero muy pronto comencé a reconocerme en muchas de las situaciones que la serie describía, obviando las exageraciones, evidentemente. Vamos a mirar un poco más allá de la broma:

En el capítulo que están haciendo cola para entrar a ver Star Wars, una persona que no estaba allí previamente se suma a su grupo de amigos y se «cuela». ¿Recordáis la rigidez de Sheldon en ese momento? Mientras sus amigos neurotípicos lo aceptaron con total normalidad, entendiendo que es un comportamiento socialmente admitido, él enfureció. A mí, también me pasa, me pongo muy nervioso en ese tipo de situaciones. Me da mucha ansiedad hacer cualquier tipo de «cola» para lo que sea, frutería, tiendas, eventos…

Hay otro episodio en el que celebran su cumpleaños en su casa. La situación le sobrepasa, está abrumado por la cantidad de gente que hay, y tener que «cumplir» con esa obligación social. No es capaz de salir de la habitación de lo mal que se empieza a sentir. ¿Nunca os ha pasado?

Otra que recuerdo mucho es el día que tiene que decidir si comprarse una Play o una Xbox y es incapaz de hacerlo. Ese capítulo es brutal. Una de las dificultades que más observo dentro de la comunidad autista, incluido yo mismo, es lo complicado que nos resulta elegir entre varias cosas. Esto yo creo se debe a que siempre buscamos la mejor opción posible. Nuestro cerebro no discrimina, analiza todo y necesita un resultado lógico. Pueden ocurrir dos cosas:

La primera que sean demasiadas opciones a analizar, demasiada información. Esta saturación provoca que nuestras funciones ejecutivas dejen de funcionar, impidiéndonos completar la acción. Por ejemplo, a mí me resulta dificilísimo organizar un viaje. La cantidad de hoteles, horarios, destinos y posibilidades rozan lo infinito. Demasiada información para descartar y elegir lo mejor.

Si a esto añadimos la ansiedad que nos provoca el hecho en sí, o el cambio que supone en nuestras vidas incluir cualquier elemento nuevo: saturación máxima, funciones ejecutivas K.O. No lo podemos llevar a cabo. Es como si de repente se alzara ante nosotros el Everest y

tuviéramos que escalarlo para llegar a la cima. Eso es lo que se siente cuando tienes que hacer algo con las funciones ejecutivas saturadas o directamente desconectadas.

La otra cosa que influye mucho y que fue lo que le pasó a Sheldon, es que no exista una opción mejor que otra. ¿Cómo le explicamos ahí a nuestro cerebro que tenemos que elegir una de las dos? Ambas tienen cosas muy buenas. No es lógico. Entramos casi en un bucle irresoluble.

¿Nunca os pasa que cuando buscáis lo que sea para comprar online, salen millones de opciones? Es una locura muy difícil de manejar para mí. Tardo meses en decidirme. Busco reviews en Youtube hasta encontrar la mejor opción. Un ejemplo bueno es cuando compro un helado, hay tantos para elegir que siempre me voy con la sensación de que seguro que estaba más bueno otro de los que había.

Ahora una de invalidar emociones: sentados en el sofá, Penny le cuenta a Sheldon una historia trágica de su vida y le pide que ahora le cuente él a ella algo importante de la suya. Sheldon responde: tengo no sé cuantos pares de pantalones, calzoncillos… (algo así, no recuerdo bien).

Penny se empieza a reír. Sheldon responde que le ha ofendido. Le está contando algo que es muy importante para él y ella se ríe de ello. ¿Cuántas veces nos ha pasado esto?, miles. ¡bah, tú que vas a ser autista! ¿te molesta el ruido? vaya tontería te quejas por nada. ¿Os suena?

Lo nuestro siempre son tonterías, sólo lo de ellos es importante. Que bien le iría a esta sociedad si dejáramos de juzgar las cosas únicamente desde nuestras propias experiencias. Recuerdo los capítulos en los que van a algún evento o reunión, Sheldon pregunta y Leonard responde:
Tal actitud (la que sea), es una convención social. Entonces Sheldon se pone a hacer lo mismo. ¿Cuántas veces habéis hecho cosas porque nos han dicho que hay que hacerlas, aunque no las comprendamos o no nos interesen?, yo muchas. ¿Y cuántas otras empezáis a notar que entráis en ebullición por dentro al escuchar ciertos comentarios dentro de una conversación? ¿Sois capaces de morderos la lengua?, ¿o explotáis como Sheldon en el capítulo que se puso a corregir al general o coronel (no me acuerdo) del ejército, cuando estaban diseñando el proyecto secreto?

Me estoy acordando del día que llegan a la finca de George Lucas, no les dejan entrar y Sheldon echa a correr hasta que el guardia de seguridad le da caza. Yo tampoco veo el peligro, hubiera intentado colarme igual que él. En el trabajo tengo todas mis cosas etiquetadas. En casa todo perfectamente ordenado. Recuerdo el capítulo que disfruta colocando la ropa del armario de Howard por colores. El mío también está así 🤣

Al igual que él, lo paso mal si tengo que cambiar de peluquero, ya es difícil ir al mismo como para encima tener que ir a otro desconocido. Me cuesta mucho también desprenderme de mis cosas. Recordad el capítulo en el que se muda con Amy y no es capaz de repartir nada con Leonard. Pasiones un poquito particulares seguro que tenemos alguna, aunque no sea «diversión con banderas».

Si te doy un abrazo ya te puedes considerar afortunado porque ese premio no se lo doy a cualquiera. Odio los lavabos públicos. No, no ando por ahí con el kit de desinfectante, pero casi casi. Tampoco tengo carnet de conducir ni ganas de tenerlo, siempre hay alguien que me lleva. Es comodísimo (amigos acordándose de mis muertos en 3,2…) 😘

Después de todo lo que os acabo de contar, ¿seguís viendo esta serie con los mismos ojos? ¿Seguís sin reconoceros en nada? Tened en cuenta que Sheldon es adulto y las situaciones que nos muestra la serie son, en su mayoría, con las que tenemos que lidiar los adultos, no los niños.

A mí “The Big Bang Theory” me ha ayudado mucho, sobre todo, a identificar situaciones para poder entrenarlas después. Sheldon es un personaje muy querido para unos y un poco odioso para otros (como yo 🤣) pero siempre, siempre, entrañable. Sí, soy un mini Sheldon, no cabe duda. 🤘

Siempre he sido ultra competitivo, como Sheldon cuando juega a los bolos y a veces tampoco se distinguir cuando la gente habla en serio o en broma, no me viene mal que me avisen cuando es sarcasmo. Soy incapaz de fingir una sonrisa para una foto. Ya me podéis hacer reír de verdad porque si no me salen horribles, igual que a él. Seguro que se me queda algo en el tintero, pero ya es suficiente turra por hoy. Espero que os haya gustado.

¡Sed muy felices!

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