Arriba del todo mi firma a la izquierda y a continuación a su derecha el título Diario de un Nac Mac Feegle. Justo debajo pone blog personal. Todo ello en letras negras. Debajo de todo eso mi cabecera, alargada y estrecha, ocupa todo el ancho de la página: DIARIO DE UN NAC MAC FEEGLE escrito con la curva adecuada para que todas esas letras juntas formen el símbólo del infinito. A su derecha una media luna que lo rodea de colores verde, naranja y marrón claro. A la izquierda del todo y abajo una foto de mi cara dentro de un circulo en plan avatar, todo ello sobre fondo negro. Debajo de esta cabecera ya viene el texto en letras negras sobre fondo blanco. Abajo del texto en mayúsculas pone LEER COMPLETO EN y una mano que señala en la última fila de abajo soyaspieyque.com que está escrito con los colores de la cabecera y a su derecha el mismo infinito también de la cabecera. El texto central de la imagen dice: El oxígeno es esencial para la vida y a la vez, es lo que nos mata. Envejece nuestras células, pero no podemos vivir sin él. La ANTICIPACIÓN es el oxígeno de las personas autistas. No podemos vivir sin ella. ¿Ah, no? ¿Seguro? ¿Y si...?

El oxígeno

Necesitamos respirar igual que necesitamos comer, el oxígeno es imprescindible para nuestro metabolismo, pero también es el causante de nuestro envejecimiento celular. Es tóxico, es vida y muerte a la vez, es esa droga sin la que no podemos vivir.

Igual que la anticipación para las personas autistas.

El cerebro está preparado para anticipar, analiza la información que recibe para después predecir lo que va a ocurrir.

Es así de listo el muy cabrón, pero no debemos permitir que lo sea más que nosotros, que nos domine hasta tal punto que nos resulte dañino, perjudicial. No podemos consentir que lo que nos da vida, sea a la vez lo que nos la quite.

¿Sabéis cuál es la principal fuente generadora de ansiedad? Exacto: la anticipación.

Tengo ansiedad porque anticipo, porque a mi querida unidad de procesamiento central le da por imaginarse posibles escenarios futuros una y otra vez: no tengo ansiedad por ir al peluquero, la tengo por pensar en ir.

Esta masa viscosa con forma de laberinto de la sección de pasatiempos de cualquier periódico local que habita en nuestra azotea, necesita analizar información para poder predecir.

¿Qué pasa si nos falta esa información, es insuficiente o escasa? Que esta haba arrugada que tenemos bajo el pelo se pone a imaginar todos los escenarios posibles y entra en bucle sin poder llegar a conclusión alguna: no puede predecir lo que va a ocurrir.

¡ANSIEDAD, ANSIEDAD, ANSIEDAD!

Si a estos añadimos que el sistema operativo que nos viene precargado a los autistas percibe absolutamente toda la información que hay en el ambiente, que estamos siempre en alerta con las orejas tiesas como si fuéramos un beeagle entrenado para perseguir liebres y que pensamos en imágenes, la cantidad de escenarios posibles que podemos llegar a recrear en nuestra uva pasa gigante son casi infinitas, sin llegar a saber cuál de los escenarios futuros es el que se va a producir en realidad.

Esto nos impide estar preparados, nos obliga a resolver lo que sea que vaya a ocurrir sobre la marcha. Nuestro ordenador central no se distingue especialmente por ser una auténtica máquina de la improvisación, podemos dar una respuesta incoherente o incluso entrar en mutismo: ERROR 404, PAGE NOT FOUND.

Tengo ansiedad porque anticipo y no consigo predecir lo que va a ocurrir y a la vez necesito anticipar para saber exactamente lo que va a pasar y no tener ansiedad. El “desenladrillador” que lo “desenladrille”  buen “desenladrillador” será.

Al igual que el oxígeno, la anticipación es indispensable y a la vez nos mata. No podemos vivir sin ella pero,

¿Estamos seguros de eso? ¿Y si no fuera así?

Pensad en esos días que tenemos tanta ansiedad que nuestra máquina de pensar nos pide comer, pero no quiere una ensalada de escarola con brotes verdes de temporada, no, quiere gasolina de la buena, caldo de 98 octanos sin plomo power plus mega max ultra full: ¡chocolate!, ¡helado de vainilla y nueces de macadamia!, ¡pizza barbacoa! Sabéis cómo os digo ¿no?

Si un fumador tiene mono, le damos un cigarro para que se calme y a otra cosa.

¿Es correcto esto?

Según la teoría de los creadores de: si necesitas fumar, fuma, ahora llega: si necesitas anticipar, anticipa.

¿No sería mejor ayudarle a dejar de fumar? ¿Y si “trabajamos” en conseguir que nuestro “Diablo de Tasmania” interior no necesite que engullamos 4 cajas de “Donuts” de golpe sin respirar para sentirnos mejor?

Llamadme loco pero, ¿no estaremos yendo en dirección contraria? A ver si los “kamikazes”  van a ser todos los demás y no yo. Una vez más, vuelvo a ser E.T. El extraterrestre”.

¿Y si entrenamos para no necesitar anticipar?

¿Por qué no? ¿Acaso hay algo que me lo impida? No, no lo hay.

Amo la “neuroplasticidad” no sé si os lo había dicho ya: somos lo que entrenamos. Si alimentamos la ansiedad, seremos ansiedad. Si alimentamos la anticipación, cada vez la necesitaremos más.

Un drogadicto cada vez necesita mayor dosis para sentir lo mismo.

Entonces, ¿por qué no pasamos de la anticipación? ¿Por qué no dejamos de cebarla como a un “gochu asturcelta” para la llegada de San Martín?

¿Podemos?

Yo digo «SÍ», claro que podemos, por supuesto que podemos.

Si me pones delante del muro que separa los Siete Reinos de las tierras salvajes, es probable que al principio lo mire con incredulidad y desasosiego, pero como me digas que no lo puedo traspasar… ¡Ay amigo!, prepárate porque te puedo asegurar que lo tumbo aunque sea a cabezazos, por mis santos cojones que lo tumbo, podéis estar seguros de ello y, además me llevo a Brandon Stark conmigo a hombros. Palabrita del “paisanu asturianu” que soy.

Ahora viene lo difícil: el cómo.

Pues exactamente igual que las distorsiones cognitivas (ver hilo de Star Wars), no haciéndole caso a esa voz que tanto nos toca los huevos, pasando de ella y trayendo nuestra mente “al aquí y al ahora”: sigue haciendo lo que fuera que ibas a hacer por mucho que los pensamientos surjan.

Si adelanto el peón (TIENES UNA CHARLA EL JUEVES ACUÉRDATE), lo que pasa que él me puede jugar el caballo (DE QUÉ IRÁ LA CHARLA), igual es mejor adelantar el alfil, (eh psss psss, la charla del jueves), yo creo que mejor me enroco ahora no vaya a ser que me ataque por el flanco de rey (¡eeeeh la charla!, ¡que me hagas caso hostia!), eso es, primero me enroco y una vez que esté protegido ya puedo sacar el alfil sin miedo (¡la charla!), ¡uy!, si además tiene un casilla débil detrás del peón de dama (la char…), después puedo plantear una ataque de peones en inferioridad por el otro lado (la c..), tengo que aprovechar la superioridad táctica que me da esta posición (l…), lo tengo controlado, esta partida no se me escapa.

¿Voces?, ¿qué voces? Yo estoy jugando al ajedrez. Me concentro en lo que estoy haciendo en ese momento y, poco a poco, lo que al principio eran gritos, se van transformando en susurros.

Ya os lo dije una vez: “entrenen, compitan y cállense la boca”. Sergio Egea, entrenador de fútbol.

Lo intento pero no funciona.

¿Cómo? ¡Pero si te lo acabo de contar! No es posible que ya lo hayas entrenado lo suficiente. Hazlo durante al menos 3 meses y después me dices. No os estoy pidiendo algo imposible como, por ejemplo, comer brócoli. Eso sí que es difícil de cojones.

Pero si no anticipo ¿cómo voy a saber lo que va a ocurrir?

No lo vas a saber.

Pero entonces, ¿cómo voy a resolver la situación si no la llevo planificada de antemano? ¿Entraré en mutismo? ¡No seré capaz de responder!

¿Acaso con ansiedad no te ocurre?

¿Cómo crees que serás capaz de gestionar mejor la situación? ¿Con ansiedad acumulada de toda la semana o sin ella?

Piénsalo

¡Sed felices!

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