Arriba del todo mi firma a la izquierda y a continuación a su derecha el título Diario de un Nac Mac Feegle. Justo debajo pone blog personal. Todo ello en letras negras. Debajo de todo eso mi cabecera, alargada y estrecha, ocupa todo el ancho de la página: DIARIO DE UN NAC MAC FEEGLE escrito con la curva adecuada para que formen el símbólo del infinito. A su derecha una media luna que lo bordea. Colores verde, naranja y marrón claro. A la izquierda del todo y abajo una foto de mi cara dentro de un circulo en plan avatar, todo ello sobre fondo negro. Debajo de esta cabecera ya viene el texto en letras negras sobre fondo blanco. Abajo del texto en mayúsculas pone LEER COMPLETO EN y una mano que señala en la última fila de abajo soyaspieyque.com que está escrito con los colores de la cabecera y a su derecha el mismo infinito también de la cabecera. El texto central de la imagen dice: hace mucho que no os doy la brasa y, raíz de un tweet que acabo de leer, me ha venido una cosita a la cabeza. ¡Ojo!, no os voy a contar lo que ya sabéis, mi versión siempre es alternativa y muy diferente. Los de los intereses restringidos, son ellos.

Intereses restringidos

Se dice, se comenta, se da por hecho como un mantra que las personas en el espectro tenemos intereses restringidos. Sí y no, ¡toma ya!, niego la mayor. ¿Empiezo fuerte eh?, vamos a darle la vuelta a la tortilla. ¿Los neurotípicos no tienen intereses restringidos? Yo digo SÍ, los tienen.

En la peña del fútbol hay gente que se pasa todo el día hablando de fútbol, a todas horas, gira todo en torno a ello, parece que no saben hablar de otra cosa. Pues son neurotípicos.

Hace años conocí a otro grupo que jugaba al billar, sólo sabían hablar de eso, parecía que no tenían otra vida. Toda se se basaba en campeonatos, viajes para jugar y todo su tiempo libre lo invertían en eso.

¿Y los músicos?, el viernes tocamos aquí, el sábado allá, el domingo sesión “vermouth” no sé dónde y la cena en no sé qué sitio y por semana hay que quedar para ensayar.

¡Que estrés coño!

Estuve también en un club de lectura de la biblioteca pública hará 4 o 5 años. ¡Otro coñazo! Quedadas continuas para asistir a presentaciones de libros, premios de no sé qué, mañana viene no sé quién y hay que ir a recibirle y escuchar su charla. Madre mía era horroroso, no tenían ningún tipo de vida fuera de ahí. Dedicación exclusiva full time.

Neurotípicos también todos, pero nada oye, los que tenemos intereses restringidos somos los autistas. Ellos nooooo… ¡qué va!, para nada.

Pues voy a ser yo el que diga aquí y ahora que no sólo es que tengan intereses restringidos, sino que, además, son mucho más restringidos que los que podamos tener nosotros.

¿Por qué?, pues porque a los neurotípicos que les gusta algo les gusta para siempre y construyen su vida en torno a ello. Sus grupos sociales, su tiempo libre, etc.

Sí, ya lo sé, ahora me diréis: pues yo soy neurotípico y no hago eso. Ya, y yo autista y tampoco tengo intereses restringidos. De todo hay en este mundo, pero no me negaréis que no hay clubes o asociaciones de todo tipo formadas por neurotípicos.

A los que les gusta andar en bici ¿qué?, seguro que conocéis más de uno que sale a todas horas, o al que hace running que lo hace ya llueva, nieve o haga 57 grados a la sombra.

¿No son eso acaso intereses restringidos? Sí, lo son.

¿Por qué entonces tienen los santos cojones de decirnos que los autistas tenemos intereses restringidos como rasgo diferenciador de nuestra condición? (además de porque ellos nunca se miran su propio ombligo claro), pues por otro motivo bien distinto: no está mal el hecho sino la conclusión.

Claro que tenemos, al igual que ellos, mucho interés en algunas cosas en concreto, la diferencia no está ahí ni mucho menos. La única diferencia radica en que los neurotípicos se rodean en su entorno social de personas con su mismo interés, lo que ocasiona que no sea raro, ni llame la atención ni se den cuenta que le están dedicando la mayor parte de su tiempo.

Además, muchos suelen construir su vida en torno a ello, Por ejemplo, el que es músico suele tener amigos músicos, conoce músicos allá donde va y hablan de su interés entre iguales, lo que hace que no llame para nada la atención. Los del fútbol igual, y así podría seguir hasta el infinito y más allá.

¿Entonces por qué les llama la atención que los autistas tengamos intereses cuando ellos también los tienen?

Muy sencillo, porque no sabemos distinguir cuando un tema de conversación es acorde al grupo social en el que estamos.

Por ejemplo, a mí me gusta el fútbol, pero si estoy con los músicos no me pongo a hablar de ello. Esa es la clave, los autistas muchas veces no sabemos distinguir que temas son adecuados y no en el contexto en el que nos encontramos. Eso es lo que hace que nuestro interés resalte y se nos queden mirando como si fuéramos bichos raros.

No entendemos que en el bar de la peña del fútbol no procede hablar de la presentación del libro del club de lectura de ayer. Esa es la única diferencia, pero catalogar el tener «intereses restringidos» como característica del espectro me parece una conclusión totalmente equivocada, puesto que los neurotípicos los tienen igualmente y, como decía antes, incluso más restringidos que nosotros.

¿Por qué digo esto?, pues porque yo por ejemplo tengo montones de intereses que me duran un mes. Voy rotando, voy por rachas. Me puede apetecer pasarme un mes entero viendo series y luego nunca más en 2 años. Me puede apetecer pasarme el mes entero siguiente leyendo y lo mismo, no volverme a apetecer en mucho tiempo, y así siempre.

Esto nos pasa a una gran parte de las personas autistas.

Sin embargo, los neurotípicos de la peña del fútbol, del club de lectura, etc. pasan y pasan los años y ahí siguen, exactamente igual que dos décadas atrás, haciendo lo mismo sin haber variado su vida ni lo más mínimo. Además, todos se saben millones de datos específicos sobre su tema favorito. En todos los clubs o peñas de cosas en los que he estado, todos sabían muchos más detalles concretos sobre todo que yo.

Mi problema es justamente el contrario, que todos los grupos de neurotípicos me resultan extremadamente restringidos, son monotemáticos y a mí, sin embargo, hay muchas cosas distintas y variadas que me gustan. Nunca consigo aguantar en ellos. Se convierte en algo aburrido, cansino y agobiante todo el rato con lo mismo. En los grupos de whatsapp duro menos que un caramelo en la puerta de un colegio.

Yo nunca podré ser el mejor guitarrista, ni el que más sepa de literatura, ni el que mejor dibuje porque no pienso dedicar mi vida exclusivamente a ello. Leí una entrevista de un guitarrista en la que decía que él desde los 14 años hasta los 20 tocaba 5 o 6 horas diarias. Llegaba a clase del instituto y se ponía a tocar.

Al próximo que indique los “intereses restringidos” como rasgo diferenciador de los autistas ¿sabéis lo que le voy a decir?, ¿os acordáis de aquella gran serie que han vuelto a poner ahora?, una que el comisario siempre decía:

¿Sabes dónde tengo yo el interés restringido Paco?, ¿lo sabes, Paco?, ¡en mis santos cojones Paco!, ¡en mis santos cojones!

No podemos decir que tengamos “intereses restringidos”, en absoluto, lo que tenemos es mucha pasión en el interés que nos apetezca en ese momento, pero solemos tener múltiples y variados que van rotando con el tiempo. Lo más habitual es que no consigamos ser nada constantes con casi nada en concreto.

Pues eso, muchas veces el error no está en el hecho que observan sobre nosotros, sino que la conclusión a la que han llegado sobre ese hecho está equivocada.

El problema grave que ocasionan estas conclusiones erróneas de los profesionales que nos atienden, es que llegamos a creernos lo que nos dicen y, como vemos que en nosotros no se cumple así, empezamos a pensar que estamos rotos, que ni como autistas somos buenos, nos callamos por vergüenza para que los demás no sepan que ni para eso servimos, hasta que un buen día conocemos a otras personas con nuestra misma condición, y descubrimos sorprendidos que somos similares.

Ahí es cuando nos damos cuenta una vez más, que están totalmente equivocados sobre cómo somos.

Los de los intereses restringidos, en realidad, son ellos.

¡Sed felices!

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