Arriba del todo mi firma a la izquierda y a continuación a su derecha el título Diario de un Nac Mac Feegle. Justo debajo pone blog personal. Todo ello en letras negras. Debajo de todo eso mi cabecera, alargada y estrecha, ocupa todo el ancho de la página: DIARIO DE UN NAC MAC FEEGLE escrito con la curva adecuada para que formen el símbólo del infinito. A su derecha una media luna que lo bordea. Colores verde, naranja y marrón claro. A la izquierda del todo y abajo una foto de mi cara dentro de un circulo en plan avatar, todo ello sobre fondo negro. Debajo de esta cabecera ya viene el texto en letras negras sobre fondo blanco. Abajo del texto en mayúsculas pone LEER COMPLETO EN y una mano que señala en la última fila de abajo soyaspieyque.com que está escrito con los colores de la cabecera y a su derecha el mismo infinito también de la cabecera. El texto central de la imagen dice: - ¿Cómo que vas a ir a un concierto de Metallica? ¡Pero si eres autista! - Sí, ¿y? - ¡Pues que os molestan los ruidos! ¡No puedes! - Je...jeje...jejeje... INCORRECTO. Por supuesto que puedo. Os lo cuento aquí:

Metallica

¿Cómo es posible que se me salga el corazón por la boca si escucho la alarma del despertador del vecino y, sin embargo, puedo ir a un concierto de “thrash metal” sin ningún problema? ¿no teníamos hipersensiblidad auditiva?

Voy a empezar por recordar que hipersensiblidad no es algo malo, ni una enfermedad, ni un defecto ni nada que se le parezca. Sólo significa «más» sobre el estándar establecido. Si consideramos que 5 sobre 10 es lo «normal», 7 sería híper y 3 por ejemplo, hipo.

A menudo cuando voy por la calle y hay un «músico» tocando el violín, me da una taquicardia, me empiezo a agobiar y tengo que alejarme de allí a toda hostia. Sin embargo, si voy a escuchar un concierto de violín profesional disfruto enormemente. ¿Cómo es posible?

Si empieza a sonar la campana de la iglesia con el típico CLONC, CLONC CLONC, CLONC CLONC… me muero. A las horas en punto suena en mi ciudad el himno de Asturias interpretado por… ¡campanas! y ¿sabéis qué? lo disfruto muchísimo. Una vez más, ¿cómo es posible?

Una cosa está clara: la teoría oficial que dice que a los autistas nos molesta el sonido alto es FALSA. Esa teoría no explica cómo es posible que el mismo instrumento al mismo volumen unas veces me destroce vivo y otras me produzca un placer infinito, casi orgásmico.

¡Pero si además la mayoría vamos por la calle con los auriculares con la música a tope!

Una vez más, una conclusión equivocada. No deja de sorprenderme la cantidad de teorías que sacan los neurotípicos utilizando como argumento sólo el que confirma lo que ya pensaban de antes. Estaremos de acuerdo en que la teoría que ponen los manuales y nos cuentan los profesionales sobre este tema no encaja ¿verdad? Antes de nada, quiero decir que todos los seres vivos tenemos un límite auditivo, nadie tiene un aguante infinito al sonido, los neurotípicos tampoco.

Ahora vamos con mi teoría a ver si os encaja un poco más que la oficial. Para entender esto no hay que saber de psicología, no, en absoluto, ni de medicina, ni de nada relacionado con la salud: hay que saber de música. Pero no de discos de los Beatles si no de teoría musical: la 3º cuerda de la guitarra vibrando a 196,00 Hz es un SOL y la 1º a 329,63 Hz es un MI. ¿Por qué? ¿por qué un DO es un DO y un FA es un FA? ¿por qué el SOL está afinado a 196 Hz y no a 195 Hz? ¿Por qué? y aquí es donde reside la clave de todo: el sonido nos provoca sensaciones.

Recuerdo una clase magistral del guitarrista Nacho de Carlos a la que asistí, en la que comentaba, que si se dormía escuchando Bach, al día siguiente se levantaba con una muy buena sensación. Sin embargo, si se acostaba escuchando por ejemplo rock, que es una música a priori mucho más de su estilo, su sensación al despertar no era muy buena. No hay más explicación a esto que la de que el sonido provoca sensaciones a nuestro cerebro. Gracias a la experiencia, la práctica y la observación a lo largo de los años, se ha ido desarrollando la teoría musical, que además se estudia.

¿Qué cosas sabemos sobre las sensaciones que nos provocan los sonidos? por ejemplo: los acordes menores son tristes, son melancólicos, nuestro cerebro lo percibe y siente así, por eso son los que se utilizan para las canciones en las que mi novia me ha dejado y todo eso.
Los acordes mayores los percibimos como algo alegre, no encajan con una letra triste. Ahora alguien me dirá: pues hay una canción que… pues igual sí, quizá incluso en otra zona geográfica del planeta sea al revés, pero vamos que lo habitual en el mundo que nos toca más de cerca es que no. Los músicos profesionales utilizan la teoría musical para crearnos la sensación que quieren.

Un ejemplo donde se pueden apreciar bien las sensaciones que nos produce la música es en las bandas sonoras, no son al azar ni mucho menos. Están compuestas utilizando lo que sabemos sobre el tema para hacernos sentir lo que la escena quiere transmitir.

Me imagino al compositor de los Simpson preguntándole a Matt Groening:

  • A ver, de qué va la serie.
  • Pues mira, es una familia desordenada, un caos, en la intro salen acelerados…
  • Vale, ya lo tengo.

Compuso algo que provoca esa sensación. ¿O no os lo parece? pensadlo, escuchadla.

¿Y la banda sonora de Jurassic Park? cerráis los ojos y ¿qué sentís? ¡movimiento! ¡la música da la sensación de movimiento! ¡dinosaurios caminando! ¿Pensabais que esto era casual? ¿o que John Williams iba probando hasta que le salía algo? Pues no, en absoluto. Es teoría musical.
¿Y qué me decís de las películas de terror? Psicosis… ¿Pensáis que lo que os produce esa sensación es lo que estáis viendo?, ¿seguro? Poned la escena de la ducha sin sonido a ver si os sentís igual. El sonido os provoca sensaciones, unas veces placenteras y otras molestas y no os dais ni cuenta.

Los músicos sabemos generaros lo que queremos a través de los distintos tipos de acordes, notas y combinaciones. ¿Y esto que coño tiene que ver con que una campana de una iglesia me moleste y otra no? ¿y qué tiene que ver con la hipersensibilidad auditiva? Pues TODO.

Un SOL es un SOL porque una cuerda afinada a 196 Hz nos produce una sensación placentera, a nuestro cerebro le gusta. Sin embargo, a 195 o a 197 nos molesta. Es como tener bien o mal sintonizada una emisora de radio analógica. ¿A que mal sintonizada también os molesta amigos neurotípicos?

y esto explica porqué el “CLONC CLONC” de la campana nos vuelve locos, porque son frecuencias que producen una molestia al cerebro. Se diseñaron así porque están pensadas para alertar, para que todo el mundo se entere que toca ir a misa o que nos ataca el enemigo.

¡Pero los neurotípicos no entran en crisis cuando suenan! ¿Algo falla en esta teoría no?

Pues no, no falla. La percepción neurotípica es muy pobre, es muy mala. En una escala del 1 al 10 percibís al 2, mientras que nosotros y otros seres vivos al 9 (estimación totalmente subjetiva). La molestia está diseñada para vuestro nivel de percepción, es decir, al volumen al que esa frecuencia pone en alerta a vuestro cerebro, pero no llega a haceros daño. Pero claro, ese mismo sonido desagradable que vosotros percibís al 2, nosotros lo hacemos al 9. Imaginaos el dolor que produce.

¿Entendéis ahora por qué me resultan placenteras las campanas que tocan el himno? Pues porque son sonidos perfectamente afinados, de los que sabemos que producen buenas sensaciones al cerebro, percibirlo con mucha más intensidad que vosotros me produce mucho placer. El violín callejero, sin embargo, que normalmente no suele estar muy bien tocado, me destroza vivo.

Un muy buen ejemplo son los tonos de llamada que trae el móvil por defecto. ¿Pensáis que están hechos al azar?, siento deciros que no. Están hechos para molestar, para poner al cerebro en alerta y que te enteres que te están llamando.
Si estáis durmiendo y suena, despertáis de golpe, sin embargo, si el sonido fuera placentero, por ejemplo, como el de las olas del mar, podríais dormir sin problemas. Existen incluso despertadores que incorporan melodías para ayudarnos a conciliar el sueño, así que fijaros si es importante y está estudiada la relación entre el sonido y las sensaciones.
Una vez más, tened en cuenta que el “ring, ring” del teléfono está diseñado especialmente para alertar a vuestro cerebro, utilizando como baremo vuestro pobre nivel auditivo, lo que ocasiona que a nosotros nos destroce porque lo percibimos a una intensidad muchísimo más elevada.

Esto explica por qué nos molesta enormemente que os pongáis a cantar: porque no lo hacéis bien. Es una maravilla y un deleite para mi percepción sensorial escuchar ópera, sin embargo, si te pones a cantar tú en la ducha me destrozas vivo, y no es broma. Lo estoy diciendo en serio.
En una «fiesta de prao», como el cantante o la cantante de la orquesta no sea buena, lo paso mal. Sufro con cada nota desafinada. Me sube como una sensación de agobio por el pecho, como una molestia. Una vez más, a vosotros no os pasa porque no tenéis nuestro nivel de percepción.

Hay un grupo internacional de heavy muy pero que muy famoso que no respeta del todo la teoría musical. Cuando hacen un “sólo”, no «descansan» en alguna de las notas digamos «placenteras». Lo hacen un poco al azar. Las malas lenguas dicen que es porque no tienen ni puta idea, otros dicen que su estilo es así a propósito. Sea como fuere, esto a mí me produce una especie de desasosiego y sensación extraña con cada una de esas notas. No me llega a producir dolor porque es algo muy rápido y muy puntual, pero me deja con muy mal cuerpo, como una sensación de estar mal a gusto. A la percepción neurotípica le pasa mucho más desapercibido.

Habrá que ir terminando esta entrada que ya me estoy pasando, pero creo que esta vez la ocasión lo merecía. El 3 de julio estaré en Bilbao disfrutando de Metallica a todo volumen sin problema ninguno salvo por las pifias que meta Kirk Hammett 😜

Me queda una última cosa por explicar: estoy en un concierto de “Reggaetón” y no lo puedo soportar, pero esta vez no desde el punto de vista auditivo ni de la hipersensibilidad sino desde el del agobio, el aburrimiento, el cansancio y el tostón. ¿Por qué? En este caso damos por hecho que están sonando bien y no hay frecuencias molestas o desagradables, en este caso no me produce dolor auditivo ni entro en crisis ni nada de esto. Aquí entra en juego otra variable muy diferente: NO ME GUSTA.

Me agobio simplemente porque no quiero estar ahí, me aburre, es una especie de tortura estar hora y pico haciendo algo que no quiero. Es como si me obligas a ver Telecinco, que horror por favor, cortadme las venas pero no me hagáis sufrir de esa manera.

Lo comparo como cuando después de un largo día de trabajo tengo que ponerme a limpiar mi casa y tender la ropa. Uf, es una sensación como de tener el puto Everest delante y tener que escalarlo. Simplemente mi cerebro no quiere. Me cuesta muchísimo hacer cosas que no quiero. No puedo, me agobio y me empiezo a preguntar por qué cojones tengo que estar allí o aguantar eso si no quiero. Cómo veis, aquí lo auditivo no tiene nada que ver, por eso la consecuencia no es una crisis como ocurría antes, sino que simplemente no quiero estar ahí. Me pongo huraño, borde y desagradable.

 La última variable que me queda por contemplar es la de que «en este momento no me apetece» escuchar música. Por ejemplo: estoy viendo la tele y abajo hay gente en la calle ahora mismo poniendo música a todo volumen. Pues me están tocando los cojones porque no puedo oír bien lo que estoy viendo, me molesta, pero no desde el punto de vista auditivo si no desde el de que no puedo concentrarme.
Si tenía pensado dormir, pero abajo siguen con la fiesta, pues ya no podré hacerlo. Eso supone un cambio a mis planes, además de ser injusto porque se están saltando la normativa que regula el nivel de ruido máximo permitido, lo que me cabrea y me dispara la ansiedad.

En esta variable no entro en crisis auditiva ni me quiero ir, lo que ocurre esta vez es que se me dispara la ansiedad por el cabreo que me produce todo lo descrito. Distorsión cognitiva de manual.

Como veis eso que los que saben han decidido llamar «hipersensibilidad auditiva», es muchísimo más complejo que decir que nos molesta el volumen alto de las cosas. Para nada. Después cada persona tendrá su propio umbral de dolor máximo, no todos somos iguales. Además, nivel alto ¿para quién? ¿por qué el tuyo y no el mío? si establecemos como estándar el nuestro, queridos amigos neurotípicos, tendríais que usar todos “Sonotone”. Os diagnosticaríamos de hiposensibilidad acústica. Igual hasta os dábamos una discapacidad por ello.

Y con esto y un bizcocho me voy a hacer un “Colacao” gluten free que es buena hora para merendar y tengo mucha hambre. Espero no haberos aburrido mucho y que leer esta entrada con el doble de extensión de lo habitual haya merecido la pena.

¡SED MUY FELICES!

Concierto de Metallica. Foto hecha desde arriba, desde la grada. En primer plano salgo yo modo selfi con camiseta negra. Detrás sale mi colega y de fondo se ve el escenario y la pista abarrotada de gente.
Metallica, Bilbao 3 de julio de 2022.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

A %d blogueros les gusta esto: