¿Conocéis ese temazo que dice?:
“un trabajo de mierda, una casa pequeña, un amor aplastado, por impuestos y deudas… ¡la vida de los esclavos, en el siglo XXI!”
Hoy os quiero hablar del ciclo del sueño en las personas autistas. Espero que os guste 👇
Es habitual leer por ahí que los autistas tenemos un trastorno del sueño. Ah, ¿sí?, ¿seguro?, es que no duermen por la noche, eso es un trastorno. ¡Toma ya! ni colorados se ponen cuando lo dicen. Es un tema muchísimo más complejo como para realizar una afirmación tan simple.
Yo personalmente conozco autistas que duermen perfectamente por la noche, los conozco que duermen mejor de día y los conozco, como yo, con un ciclo de sueño aparentemente aleatorio (que en realidad no lo es), depende de varios factores, así a ojo yo diría que de al menos tres:
La sociedad está dividida supuestamente en 8/8/8 (trabajar/ocio/dormir). ¿Por qué? Porque algún iluminado consideró que ese es el ciclo que nos va bien. Lo de las circunstancias de cada uno si eso ya tal. En función de esto, cuando vamos a un profesional y le decimos que no somos capaces de dormir a la misma hora que lo hacen los demás, nos dan unas pautas que son para las personas que tienen insomnio.
¿Pero qué cojones voy a tener yo insomnio si soy capaz de dormir 14 horas seguidas cuando me dejan? Seguir estas pautas, nos resulta muy contraproducente.
El primer motivo que nos hace tener un ciclo de sueño distinto es el siguiente: nuestro cerebro no discrimina, percibimos absolutamente todo lo que hay en el ambiente, estamos en continuo estado de alerta y lo analizamos todo, procesamos muchísima más información que un neurotípico.
Imaginaos que tenéis el ordenador encendido. La batería no dura lo mismo si tienes abierta una ventana que si tienes 57. Si le das caña a tope es probable que te dure la mitad o menos y lo tengas que poner a cargar más pronto que tarde. Nosotros en un día laborable normal, igual.
Fijaos que he destacado «día laborable». ¿Por qué? pues porque ya sea porque trabajemos por la mañana o vayamos a clase, la cantidad de estímulos e información que tenemos que procesar, la cantidad de ventanas que tenemos abiertas a la vez, es tan grande que nos agotamos rápido.
Pensar mucho agota y no lo digo yo, lo dice la ciencia: https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2022/08/11/62f5228cfc6c83dd6b8b45a4.html
En este caso, mi ciclo de sueño correcto es 8/4/8/4 (trabajo, dormir/ocio/dormir). El cuerpo es sabio, lo correcto no es dormir 8/8/8, es dormir cuando uno lo necesite. En un día intenso, a las 3 de la tarde puedo estar como tú a las 12 de la noche tras haberte levantado a las 7.
¿Os dais cuenta el daño que me puede producir que no me dejéis dormir cuando lo necesito? sobre todo si esto ocurre durante varios días seguidos. Trabajar a turno partido para un autista es la muerte, es no tener vida, es llegar al fin de semana y tener un shutdown total.
¿Ves como sí que tienes un trastorno? ¿Yo? ¿un trastorno yo?, ¿por qué?, ¿por dormir cuando lo necesito yo en vez de hacer cuando lo necesitas tú?
Os dije que yo contemplaba tres factores. Vamos a por el segundo: la recompensa.
Nuestro cerebro necesita que lo alimentemos con cosas que le gustan.
Nuestra cabecita necesita que le demos gasolina de la buena. Imaginaros que he trabajado toda la mañana, después he tenido que ir al súper, poner la lavadora, tareas del hogar y me dan las 10 de la noche. Desde las 7 de la mañana que me he levantado sólo he tenido obligaciones.
Ahora dile a mi cabeza que hay que ir a dormir. Me dice que tururú…que quiere su recompensa. Empiezo a tener una sensación de que no he hecho nada hoy, que no he aprovechado el día, que el día no ha existido, que no lo he disfrutado ni vivido, que no he hecho nada de lo que a mí me gusta y quería hacer, agobio total por haber tenido sólo obligaciones. Mi cerebro quiere disfrutar, necesita divertirse, ¡exige su premio!
¡Ojo!, que también puede ocurrir justo lo contrario. Que me guste tanto lo que estoy haciendo que no quiero parar ni para irme a dormir. El hiperfoco es como la droga, genera adicción y nos cuesta desengancharnos, pero esa es otra historia y en otro momento será contada.
¿Qué pasa si, como nos dicen muchos profesionales, me obligo a dormir a la misma hora todos los días? pues muy sencillo, que tendré que pelearme con mis pensamientos porque mi cabeza no quiere, mi cabeza exige su recompensa. ¿Os acordáis de los hilos que hice de Star Wars?
Si me peleo con mis pensamientos, estoy alimentando mi ansiedad. Crecerá y crecerá y en 2 semanas escucharéis la explosión desde vuestras casas. Es un error y de los gordos. No es un problema de insomnio, no tiene nada que ver con usar más o menos las pantallas.
Vamos con el 3º: la ansiedad.
La comorbilidad más común dentro del autismo es la ansiedad. Ser autista es ansiedad. No se puede dormir si tenemos mucha ansiedad. Empiezan a surgir los pensamientos intrusivos, las distorsiones y es imposible. ¿Y qué hacemos?
Lo primero decir que no existen los remedios inmediatos. No se puede dejar de pensar. En el momento que te pasa lo único que yo recomendaría es levantarse y darle una recompensa al cerebro. Ponerte a hacer algo que te guste y, cuando te sientas mejor, volver a intentar dormir.
Sí, ya lo sé, necesitas dormir YA porque mañana se madruga. Pues ya lo siento, pero es lo que hay. Si sigues en la cama forzándote sólo vas a conseguir que tu ansiedad crezca hasta el infinito y tardarás mucho más aún en dormirte que si te levantas y distraes un poco la cabeza.
La ansiedad no se puede detener en el momento. Tenemos que trabajarlo por el día para intentar no llegar tan cargados por las noches. Es un proceso largo y tedioso pero no nos queda otra. Y oye, que si en un momento dado necesitamos tomar una pastilla, pues se toma y no pasa nada.
Ya hemos visto las, para mí claro, tres principales causas que influyen en nuestro ciclo del sueño. Ahora un ejemplo muy muy revelador. ¿Qué pasa durante mis vacaciones? Pues que puedo llevar un ciclo 8/8/8 perfectamente. ¡Anda! ¿y eso? ¿pero no tenía un trastorno? ¿entonces?
Durante las vacaciones hago lo que yo quiero. No tengo que enfrentarme a una sociedad hostil, tanto sensorialmente como en peligros y situaciones que me alertan, y tampoco tengo obligaciones, por lo que me puedo pasar el día premiando a mi cerebro con las cosas que le gustan.
La batería me dura muchísimo más, lo que me permite aguantar todo el día, mi cerebro se siente satisfecho por todas las recompensas recibidas y no tengo ansiedad. A las 10 de la noche mi cabeza me dice: bueno pues ya puedes dormir, ya has hecho hoy todo lo que tenías que hacer.
Como veis, ese supuesto trastorno no es algo intrínseco a mí, es la sociedad la que me lo ocasiona por no permitirme vivir de acorde a mi funcionamiento y tener que hacerlo, una vez más, como la mentalidad única impone. A mí me gusta mucho más vivir de noche y dormir de día pero eso ya es una preferencia totalmente personal. En mi caso se debe a que el mundo por las noches me resulta mucho menos hostil sensorialmente hablando. Por el día la televisión la tengo al 10 de volumen, por la noche al 1. La diferencia es el ruido que la sociedad provoca.
«Atrapados en el precio, de una crisis eterna, por tener esas cosas, que no nos interesan, protestar débilmente, reprimidos con fuerza, la vida de los esclavos, del siglo XXI».
Somos esclavos de un sistema que nos dice hasta cuando tenemos que dormir. Terrible.
¡Sed felices!
Y recordad: reduce los estímulos externos todo lo que puedas para ahorrar energía, ya sea en el trabajo o en la escuela, premia a tu cerebro haciendo cosas que te gustan e intenta mantener a raya tu ansiedad durante el día. Yo no conozco otra manera.
Todo lo demás, ¡bullshit!