Arriba del todo mi firma a la izquierda y a continuación a su derecha el título Diario de un Nac Mac Feegle. Justo debajo pone blog personal. Todo ello en letras negras. Debajo de todo eso mi cabecera, alargada y estrecha, ocupa todo el ancho de la página: DIARIO DE UN NAC MAC FEEGLE escrito con la curva adecuada para que todas esas letras juntas formen el símbólo del infinito. A su derecha una media luna que lo rodea de colores verde, naranja y marrón claro. A la izquierda del todo y abajo una foto de mi cara dentro de un circulo en plan avatar, todo ello sobre fondo negro. Debajo de esta cabecera ya viene el texto en letras negras sobre fondo blanco. Abajo del texto en mayúsculas pone LEER COMPLETO EN y una mano que señala en la última fila de abajo soyaspieyque.com que está escrito con los colores de la cabecera y a su derecha el mismo infinito también de la cabecera. El texto central de la imagen dice: el autismo y el fútbol En pleno mundial no se me ocurre tema mejor, y no, no os voy a hablar de Messi ni de lo que es un fuera de juego. Hoy os quiero hablar de la dificultad para asistir a un evento masivo siendo autista. Aplicable también a grandes conciertos.

El fútbol

Asistir a cualquier tipo de acto multitudinario siendo neurodivergente no es fácil. Si en el día a día se respetan poco los derechos de las personas que nos salimos del estándar, en eventos extraordinarios directamente es que no existen. Nos borran del mapa sin pudor alguno.

Lo que hoy os voy a contar es una historia real, me apetece.

Un buen día decido asistir junto con mis amigos a un partido cerquita de aquí. Es un viaje organizado en autobús, parece ser que es un partido declarado de «alto riesgo» y no hay opción a elegir.

No podemos sacar la entrada por nuestra cuenta ni viajar por nuestros propios medios, tenemos que ir como si fuéramos delincuentes, en rebaño como las ovejas y además escoltados por la policía. Primera sorpresa: te citan 6 horas antes para recorrer una distancia de 28km ¡WTF!

Al ir a subir al autobús asignado nos informan que han reestructurado los asientos y ¡oh, sorpresa! nos separan, nos mandan a buses distintos. Si te gusta bien y si no te vas a tu casa. Muy bien, lo asumo y me subo. ¿Os imagináis lo que podría suponer esto para algunas personas? Y nada, allí sólo en mi asiento rodeado de desconocidos que van cantando, gritando y poniendo música a todo volumen. Eso ya contaba con ello así que me aguanto como puedo. El viaje en convoy fue súper lento, yo creo recordar que duró como 3 horas o una cosa así, surrealista ¿verdad?

Cuando al fin te permiten bajar y entrar al estadio, te encuentras con mil y pico personas corriendo a la vez para entrar al baño. La mayoría hacía 4 horas mínimo que habíamos salido de casa. Os podéis imaginar el panorama, cada uno meó donde y como pudo.

Tras encontrar a mis amigos después de tener que haber viajado yo solo, nos dirigimos a la puerta para entrar: control de seguridad, nos cachean de arriba a abajo, nos mandan levantar jerséis para ver lo que llevábamos debajo, enseñar todas nuestras pertenencias, etc. ¿Sabéis la angustia que supone todo esto para una persona autista como yo? Me gustaría añadir que allí había familias con niños pequeños y personas mayores con dificultades de movilidad. Se vivieron lloros, protestas y demás situaciones que es increíble que ocurran en este siglo.

Siguiente sorpresa: 4 pisos de escaleras. Señores mayores subiendo con su bastón como buenamente podían. Si tenías que bajar al baño ya sabes, otra vez los 4 pisos para arriba y para abajo. Comprar una botella de agua fue misión imposible, algo de comer siendo celíaco olvídate.

La vuelta no fue mucho mejor que la ida. Una vez finalizado el partido te mantienen allí encerrado durante otra hora más. Si tienes que ir al baño te jodes, no te dejan bajar durante todo ese tiempo. Llegamos a casa 11 horas después de haber salido. 28 km de distancia…

Bueno es que era un partido de alto riesgo y tal, ya sabes a lo que te expones. Pues no, porque en los que no son así pasa exactamente lo mismo salvo con la excepción de que puedes viajar por tu cuenta. Los cacheos en la entrada te los comes exactamente igual, las colas que provocan el control de seguridad en una única puerta o dos máximo que ponen para la afición visitante ocurren en todos los campos igual. La hora extra que te mantienen encerrado dentro una vez finalizado el partido sin dejarte salir es siempre igual.

La accesibilidad es nula y conozco muchos pero que muchos estadios. He estado en campos donde los baños eran cabinas portátiles de estas que ponen en las fiestas. Una vez pregunté por un sitio adaptado y me respondieron que sólo están disponibles para personas en silla de ruedas. Las personas que tenemos un funcionamiento distinto al normativo no existimos para los organizadores de este tipo de eventos. No tenemos derecho alguno. No podemos disfrutar de lo mismo que los demás. No podemos asistir a lo mismo que los demás. Somos ciudadanos de segunda.

Si tienes una dificultad física, te jodes. Si tienes una percepción sensorial diferente, te jodes. Si te provoca una crisis que te toquen, te jodes. Si sufres en las multitudes, te jodes. Si necesitas ir al baño, te jodes. Incluso si eres diabético o celíaco, te jodes. No haber venido, te dicen. Si ya sabes lo que hay para que vienes. Es que claro, si eres tú que estás mal pues no vengas.

Impuestos pagamos todos pero la fiesta es solo para que la disfruten unos pocos. La mayoría de estadios de este país son municipales, que no se nos olvide.

Con los conciertos pasa exactamente lo mismo, te cachean tras esperar una larga cola o no entras. Dile tú al de seguridad que eres autista verás que cara te pone. Si quieres disfrutar del espectáculo te toca estar ahí metido en medio de la multitud.

Las veces que he preguntado por un sitio más «tranquilo» la respuesta siempre ha sido la misma: tenemos dos plazas para personas con movilidad reducida, pero ¿es para ti?, si tú no vas en silla de ruedas. No me quiero ni imaginar lo horrible que debe ser para personas, por ejemplo, ciegas estar ahí entre todo el mogollón. Sí, ciegas porque así es como ellas me han dicho que las llame, sin eufemismos.

 Algo que aparentemente puede parecer sencillo como ir al baño en un concierto, a mí personalmente me genera una ansiedad terrible. Me supone tener que volver a pasar entre la multitud y después dar la vuelta sin saber si voy a ser capaz de encontrar a los demás.

Entender muchas veces cómo funcionan los puestos de comida y bares que ponen tiene lo suyo también. Que si saca el ticket no sé dónde, que si canjea moneda por la del festival, que si se paga aquí, pero se pide allí, pero la cola es en… na, que no me entero. Ansiedad, ansiedad y ansiedad.

Pero entonces los autistas no podéis asistir a ese tipo de eventos ¿no? Sí, sí que podemos pero tiene consecuencias graves. Durante todo el evento aguanto como un perro todas y cada una de las situaciones que me llevan al límite. Convivo con ansiedad desbocada antes, durante y después. Resisto… sí, resistir creo que esa es la palabra que mejor lo define.

Me siento como un animal sometido a todo tipo de torturas, pero ¿qué alternativa tengo? ¿Quedarme en casa hasta el día que me muera? Pues no, por mis cojones que voy y seguiré yendo a disfrutar de lo que me gusta, aunque tenga que aguantar como un estoico.

El shutdown de varios días inmediatamente posterior al evento está totalmente asegurado pero… es lo que hay. Después que por qué tenemos poca vida social nos dicen. Sin comentarios.

La dictadura el neurotipismo ataca de nuevo, todo solo por y para unos pocos.

Sed felices.

2 comentarios en “El fútbol”

  1. Miguel Barbés Pérez

    Hola: Soy Miguel y yo por ejemplo a mi ya me agobiaría ir a un partido de fútbol normal (Sin alto riesgo) (Menos mal que paso olímpicamente del fútbol) y también acudir a grandes conciertos, que son normalmente festivales o conciertos multitudinarios de artistas nacionales consagrados (Alejandro Sanz) o internacionales como Dua Lipa, Ava Max, Taylor Swift…. A mi me encanta la música y suelo ir a los conciertos si son en Salas de Conciertos o auditorios ya que suele haber menos gente y es más íntimo al estar 100% con el/la artista y su público más fiel. Si bien es cierto que a veces se llenan demasiado pero yo cuento con una ventaja que es al ser alto puedo ponerme en una esquina bastante adelante y lo veo sin problemas, ya que casi nadie se pone ahí a no ser que sea alto o alta como yo. No me quiero imaginar una persona autista en el pasado festival de Boombastic en Llanera, que según oí en las noticias de SER Radio Asturias, hubo grandes aglomeraciones y dejaron a la gente colgada con los autobuses de regreso a Oviedo, produciéndose empujones y personas neurotípicas con crisis de ansiedad. Lo malo es que mis artistas favoritos en Salas de Conciertos como Marta Soto, Julia Medina, etc no suelen venir aquí en el formato Salas ya que cada vez en Asturias hay menos locales de ese tipo y el personal no suele preocuparse por programarlos ya que también son discotecas y actúan como tal la mayoría de viernes y sábados. Tampoco desde el gobierno regional se fomenta ese tipo de conciertos con dinero público, se prefiere fomentar festivales y fiestas de prao con música de Cumbias y Pasodobles (no me gusta ese tipo de música) y con el añadido de tirar voladores y pirotecnia (yo no puedo con esto último. Odio ese ruido). Desde el Principado solo se fomenta la cultura para la gente mayor y de turismo (Festivales) dejando a la gente joven que le gusta otro ambiente más tranquilo fuera. Por ejemplo yo en Twitter sigo a una chica autista que es fan de Luis Cepeda (suele actuar en Salas de Conciertos y su estilo es cantautor POP) y gracias a que actúa en Salas de Conciertos puede ir a verle ya que el ambiente es mucho más tranquilo. Esto también lo contó en una nota de voz a Dial Tal Cual de Cadena Dial cuando entrevistaron hace unas semanas al mismo artista.

    Sobre lo de viajar con desconocidos yo personalmente prefiero que el asiento de al lado del tren o autobús de larga distancia esté vacío si no conozco a la persona o viajo solo.

    1. Gracias por pasarte por aquí y comentar Miguel 🙂
      Hay veces que son realmente complicadas para nosotros todas esas situaciones que comentas. Esperemos que poco a poco las cosas vayan cambiando y todos y todas podamos disfrutar un poquito más y mejor de las cosas que nos gustan.
      ¡Un abrazo!

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